jueves, 3 de octubre de 2013

27. Cosas del Verano.

"Los Ciclos del Agua"
Oleo sobre lienzo. 116x89 cm. Septiembre 2013
He hecho algunos recesos este verano entre retrato y retrato para pintar y experimentar con cosas nuevas o desusadas, y esto que muestro en esta nueva entrada es la que ha salido. Puede que el calor haya afectado algo mi recalentado cerebro, o puede que no, porque de vez en cuando me salgo de los roles propios y me meto en otros también propios para seguir encontrando roles propios donde enrolarme. Me ha vuelto la necesidad momentánea de mover un poco mi inquieto pincel, aunque éste no ha trabajado mucho en este caso, hacia desconocidos u olvidados campos llenos de color, como se puede observarse echando un vistazo a las existencias. Un poco de ensoñación, algo de impresionismo, una pizca de abstracto, otra de originalidad personal, ¡yo que sé!.

"Los Ciclos del Agua", cuyo título fue sugerido por mi vecino a requerimiento mío para que lo bautizara, una vez que le dije lo que yo quise plasmar y sumado a lo que él quiso ver o interpretó. Reconozco que me convenció enseguida dicho nombre, no dudé ni un momento en que puede ser muy apropiado y que dice bastante de por donde van los tiros en cuanto al tema del que se trata o del que fue mi inspiración para pintarlo.

En este cuadro abstracto que  me gusta especialmente, me atraen los colores y el orden que yo le dado más o menos inconscientemente, dejándome llevar por los impulsos momentáneos y a veces frenéticos, sin llegar a parecerme al "Tío calambres", que me hacían sentir como me subía el nivel de serotonina que tanto necesito a veces. Tal vez tenía razón Edgar Degas cuando dijo: "Un cuadro debe ser pintado con el mismo sentimiento con que un criminal comete un crimen"

"Madrigal en el Crepúsculo"
Oleo sobre lienzo. 100x81 cm. Agosto 2013
En él veo el cielo nublado y la noche, el vapor de agua destilada, la lluvia ácida, la tierra reseca, el mar y sus rizadas olas, la hierba, el cielo, el viento, los relámpagos y los lagos, y me quedo buenos ratos queriendo ver en él más cosas, quizás lo que no está pero lo parece.

"Alaraz en la luz"
Oleo sobre lienzo. 100x81 cm. Septiembre 2013
La asistencia a los concursos de pintura rápida me ha suministrado unos cuantos lienzos que me he llevado para casa debido evidentemente a que no han sido premiados, ya que si hubiera sido el caso contrario me habría llevado el dinero y el cuadro se hubiera quedado en el lugar del concurso. Esto tiene el lado bueno de que ahora los tengo, no sé si será para consuelo propio, porque estoy seguro que hubiera preferido el premio y el dinero, ya que no quiero ser hipócrita y crearme excusas de que cuando no se gana no se reconoce el disgusto o la desilusión y se dice aquello de... "lo importante es participar", o "he venido a pasar un buen rato". Pero bueno, como digo el lado positivo es que los cuadros los tengo, y como con las prisas y el escaso tiempo no se acaban nunca a tiempo, por lo menos yo, en mi buhardilla con tranquilidad los voy rematando y mejorando en lo que puedo. Son la prueba de que no hubo suerte, pero nada más, aunque también son un documento palpable de los buenos ratos y días que he pasado pintándolos en lugares que no conocía y de las gratas experiencias pasadas, todas ellas me han enseñado mucho, me han hecho cambiar de idea constantemente en cuando a lo que tengo que pintar o no y me han dado collejas para que despertara y viera lo serio y difícil que es este oficio.

"Alaraz en Polaroid"
Óleo sobre lienzo. 100x81 cm. Julio 2013
Cada uno de los trabajos lleva una carga invisible de recuerdos que cada vez que lo mire me traerá a la memoria, recuerdos del viaje de ida y vuelta charlando con mi vecino César que casi siempre me acompaña, viaje que se hace corto precisamente por eso, de la gente que se para a hablar conmigo cuando pinto o a ver lo que estoy haciendo, de los ratos en alguna terraza tomando café, copa y cigarrillos mientras esperamos la hora del resultado, de los momentos de incertidumbre hasta que conocemos el fallo y posterior pataleta y cierto cabreo en ocasiones, de la hora de la comida tan rica que nuestras mujeres nos han metido en fiambreras, acompañada con una botella de vino y unos chupitos, sentados en nuestras sillas y mesa de campo con mantel y todo en alguna chopera, en alguna plaza del pueblo, en algún paseo debajo de un árbol... 
Aunque no se gane nada, aunque tenga que madrugar, aunque estén lejos, aunque se pase mucho calor o frío a veces, aunque se lleve el viento el lienzo, el caballete y los pinceles y tenga que recogerlo todo sucio del suelo, aunque se rompa una pata del caballete de madera que me regaló mi madre también debido a una ráfaga de aire, aunque algún "entendido" se ría de lo que haces, aunque pase todo eso y más, he de reconocer que es algo que me gusta y es una gran experiencia, que incluso puede llegar a ser adictiva, sólo con el hecho de asistir, no quiero pensar qué sienten los que ganan a menudo y qué nivel de satisfacción y de autoestima personal deben tener.


"El Último Vistazo"
Oleo sobre lienzo. 100x81 cm. Octubre 2013.
Por supuesto el caballete lo arreglé cuando llegué a casa, le pegué la pata rota con parecido cuidado al que pondría si estuviera entablillando la patita de un canario, y ha quedado como nuevo. Este percance fue la causa para que me comprara uno plegable de hierro, menos engorroso y más útil para estos menesteres, pero creo que el de mi madre me daba más suerte. 

Con "El Último Vistazo" he hecho un pequeño experimento; en el cuadro pinté el Barrio Judío de Hervás en su vista más bonita, creo, junto al río y el puente en la parte de abajo del pueblo con la estrella de David superpuesta a modo de vidriera. Sobre él se me ocurrió simular una ventana de un cuarto abandonado con el cristal lleno de polvo y suciedad signo de que hacía mucho tiempo que nadie habitaba la casa y por supuesto nadie limpiaba los cristales. Alguien, que entró por última vez recientemente, limpió con las manos la suciedad, dejó las huellas de sus manos y echó un vistazo hacia el paisaje exterior como despidiéndose. Quizás me recuerda la expulsión de los judíos de España por parte de los Reyes Católicos, sólo quizás.

"El arte tiene la bonita costumbre de echar a perder todas las teorías artísticas." Marcel Duchamp




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