lunes, 1 de abril de 2019

57. La Fuerza egoísta y el polvo de estrellas

"El Gen Egoísta" 116x89
La Fuerza egoísta y el polvo de estrellas.

Mi admirado gran divulgador y científico Carl Sagan fue al parecer el responsable de la célebre frase que dice algo así como que "somos polvo de estrellas". Desde mi humilde opinión de aficionado a la ciencia y sin alguna pretensión salvo la de decir por escrito lo que pienso, entendiendo que hay grandes probabilidades de que lo que aquí expreso no sea más que una especulación sin fundamento, creo que no le faltaba ni una pizca de razón a dicho señor, y que además, cuando él dijo algo semejante es porque tuvo los datos, conocimientos y capacidad de raciocinio suficientes para sostener lo que postuló. Yo redondearía la frase a mi manera diciendo que: "somos polvo de estrellas y un milagro del Universo". Un milagro irrepetible sobre todo en cuanto al aspecto se refiere, porque somos el resultado de millones de carambolas evolutivas, de hecatombes planetarias, de ganas de sobrevivir, de débiles y poderosas fuerzas que nos manejan a su antojo, de colegas de andaduras y de juegos de rol cósmicos. 


"Tristán". 81x65
Si nuestro planeta volviera a formarse, nosotros, "como seres incivilizados" que tenemos por madre a "doña casualidades", por abuelo a "don desastres", por bisabuelo al "tío cataclismos", por pariente cercano al "primo infortunios" y por padre al "señor caos", volviéramos a ser los seres más inteligentes que han pisado la Tierra, sin lugar a dudas no tendríamos ni el mismo aspecto, ni las mismas habilidades ni probablemente la misma inteligencia. Somos un milagro, y no solo nosotros, sino cualquier bicho animado; incluso las rocas o el planeta entero tal y como lo conocemos no se parecería en nada en absoluto. Para llegar a ser lo que somos solo ha sido posible por la mano temblorosa de la casualidad, por la gravedad y por "La Fuerza", si es que solo hay una, de la que hasta ahora no he oído hablar. La Fuerza obliga a la destrucción, al desorden, a la temperatura, a la presión, a los rayos, a la luz, a la energía y a la materia a que se pongan de acuerdo para conseguir unos objetivos comunes, objetivos a los que todos ellos, tarde o temprano, se encargarán de pulverizar para volver a crear vidas y Tierras nuevas.  

La vida se empeña en crearse casi de la nada, en buscarse a sí misma y moldearse con los materiales que  a mano tenga en cada lugar, se empecina en abrir caminos que a veces no conducen a ningún sitio por terrenos abruptos y escarpados para, una vez que echa raíces donde decide habitar, construir lo inimaginable a base de casualidades y contubernios, sorteando maleficios de todo tipo y extinciones masivas de los que sale siempre fortalecida, e incluso beneficiada, aunque sea a costa de ingentes sacrificios. Parece que la vida da la razón a Maquiavelo y apuesta porque el fin justifica los medios.

"Paco". 65x54
Cada elemento químico de nuestro cuerpo ha sido creado en las estrellas y cuanto más complejo es dicho elemento más esfuerzos y energía se han tenido que necesitar para crearse. Desde el cigoto que es el hidrógeno con su humilde y solitario electrón, combustible de las estrellas, que fue "acomplejándose" para dar paso deuterio, al helio, etc.,  y después, aplicando a la receta de la sopa hidrogenada más energía, más calor y más presión, "el alquimista anónimo", pudo llegar a crear oro, platino, cobre, fósforo, etc. y el carbono que es la base de la vida terrícola; todos esos elementos fueron fabricados en la fragua del centro de los soles, que luego ellos mismos cuando reventaron se encargaron de repartir por el Universo, convirtiéndose en enanas blancas, enanas rojas, agujeros negros, super novas, púlsares, nebulosas y, por supuesto, en polvo de estrellas

La mecha del principio de todo se encendió, según los científicos, hace trece mil setecientos millones de años con "la gran explosión" que llamaron Big Bang, cuando todo el Universo estaba comprimido en forma y tamaño de una pelota de golf, tan pesada que  ni Arquímedes podría imaginar una palanca suficientemente fuerte y larga para poder moverla.

"Pedro D.". 81x65
La teoría dice que en nuestro sistema solar, al igual que los otros miles de billones de sistemas parecidos con los que convive y que nuestra galaxia, al igual que otra infinidad de galaxias con las que cohabita, dentro del universo conocido y del desconocido -suponiendo que no haya otros universos paralelos-, de los que ya se tiene sospecha que existen, ha sido parido por la explosión primigenia mencionada. Mantiene dicha teoría que esos restos de la explosión, cascotes, escombros, polvo interestelar junto con la materia oscura, la antimateria y demás, comenzaron a ordenarse y a ponerse de acuerdo sin ellos mismos ser consciente de ello para formar todas esas construcciones que vemos y pisamos, que parece que bailan en una sopa negra y que de vez en cuando se encuentran para destruirse o vivir juntas. Nuestro sistema solar comenzó a surgir de todo aquel desconcierto hace unos cuatro mil quinientos millones de años. Todo lo que flotaba o volaba chocó entre sí espoleados por la gravedad que hizo que se fueran formando trozos de materia cada vez mayores, con gravedades eran cada vez mayores, que a medida que engordaban engullían objetos cada vez más grandes. Una tierra incandescente se formó, se fue redondeando y poniéndose rolliza, lo que le hizo tener más y más apetito, que sació comiéndose a otras pequeñas tierras que por allí pasaban; lo mismo hicieron el resto de orondos planetas. Pronto, en términos astronómicos, o sea en centenares de millones de años, la tierra empezó a enfriarse lentamente y la tranquilidad dejó paso a la improvisación creativa como si se tratase de una canción de jazz. El planeta se llenó de agua, probablemente procedente de cometas y otros cuerpos que la portaban. Los cálidos mares se convirtieron en la sopa boba donde la vida floreció, donde las moléculas orgánicas e inorgánicas organizaron inocentes orgías siguiendo las instrucciones alocadas de la "Fuerza" y comenzando así a ponerse de acuerdo sin saber cómo, por instinto quizás, buscando un futuro simbiótico en común y haciéndose más y más complejas, azuzadas por "la Fuerza misteriosa" -que bien pudiera llamarse deseo, necesidad o ansia viva, como diría José Mota-, quien utiliza el interés, necesidad o el instinto primigenio para que se cumplan los interestelares objetivos.

"Paco" 56x45
El Universo no sabe que nosotros estamos aquí, no nos encuentra, nos ha perdido de vista y no nos necesita como forma de vida, igual que nosotros no conocemos todas las células de nuestro organismo. No somos su ombligo ni su mano derecha, ni le interesan nuestros servicios ni nuestros problemas, sobre todo porque somos efímeros; hoy vivimos y mañana podemos dejar de hacerlo porque el cosmos nos ha enviado un mensajero asesino, porque el interior de nuestro planeta sale a devorarnos con bocas que vomitan magma que tienen una insoportable halitosis, escupen cenizas al cielo, o bien con terremotos o glaciaciones, como ya ha ocurrido en cientos de ocasiones, cuya historia ha sido escrita en las hojas del libro de los estratos de las rocas en un idioma que los geólogos y paleontólogos han sabido leer. Si no parece posible, solo tenemos que ver a nuestro desolado planeta vecino Marte, del que ya se tiene constancia probada que durante millones de años el agua recorrió su superficie creando ríos y océanos y tuvo una atmósfera, que por lo tanto fue un planeta azul como el nuestro lo es ahora. Ya no entro en especulaciones de si permitió la vida o no, pero hay muchas probabilidades de que aunque fuera muy simple, la tuvo. 


"José Ángel" 65x54
Ejemplo de ello también fue la gran extinción que se produjo al final del periodo Pérmico debida a gigantescas erupciones casi a nivel planetario que duraron millones de años y dejando en algunos lugares kilómetros estratos de lava de kilómetros de espesor, lo que dio paso al periodo Triásico, hace 250 millones de años. En ella sucumbieron el 95% de las especies acuáticas y el 70% de las terrestres. La tierra se convirtió en un páramo que tardó millones de años en recuperarse. La evolución cambió de rumbo y la vida no volvió a ser en nada parecida a lo que fue, pero se repuso a lo grande; ese nuevo periodo dio paso, por ejemplo, a los dinosaurios que dominaron la tierra durante casi 200 millones de años, hasta que también fueron aniquilados hace 65 millones de años por un meteorito de unos diez kilómetros de diámetro que pasó por aquí de causalidad y que fue a caer en lo que ahora es la Península de Yucatán en el Golfo de Méjico; el choque originó un cráter de 180 km. de diámetro y de entre 20 y 40 km. de profundidad, al que llaman Chucxulub. Se lanzaron a la atmósfera miles de millones de toneladas de polvo y rocas, el fuego arrasó lo que pudo y el tsunami que se originó por el impacto se dice que provocó olas de hasta trescientos metros de altura que arrasaron los continentes cercanos y lejanos adentrándose en ellos centenares de kilómetros. La Tierra se sumió en una larga, triste y lúgubre noche que duró casi dos años provocando bajadas de temperaturas generalizadas de 28 grados, lo que enfrió al planeta y lo introdujo en un largo invierno nuclear. La fotosíntesis dejó de producirse y los terremotos y volcanes no ayudaron precisamente a mejorar las cosas. La grandiosa y orgullosa era Mesozoica con su último y maravilloso periodo Cretácico, se despidió súbitamente de este mundo quemando l0s "ninots" más grandiosos que nunca hayan existido, rematando la fiesta con fuegos artificiales y traca final


"Juani y Sara" 65x54
Tras "la mascletá" los materiales eyectados a la atmósfera lentamente fueron depositándose sobre el suelo, dejando sedimentos como muestra de ello en todas las rocas del globo y un fino estrato negruzco de ceniza atiborrada de iridio procedente del asteroide asesino que marca el límite Cretácico-Terciario. Pero por fin fue despejándose el cielo, y la luz fue devolviendo a la Tierra a una distinta normalidad irreconocible, a un mundo diferente y a una nueva era geológica llamada Cenozoica o Terciaria. Tres cuartas partes de toda la vida había desaparecido, aunque esta vieja obstinada volvió a abrirse camino como tantas otras veces y se adaptó otra vez al nuevo mundo, volvió a diversificarse y a prosperar, y dio paso a nuevos y maravillosos organismos, entre ellos quizás los más asombrosos y hermosos, las aves, herederas de la poderosa genética de los dinosaurios.

Pero qué Fuerza es esa que hace posible la evolución, que hace que un organismo adopte unas u otras habilidades y que hace que para obtenerlas modifique la forma de ese organismo para adaptarlo a las necesidades que más le convengan en cada momento. Entiendo que hay una adaptación corporal casi inmediata dependiendo del uso de los músculos, del cerebro, de la vista o de cualquier otro órgano, en estos casos principalmente para los animales,, cosa que puede justificarse mejor, porque, por ejemplo, si se hace mucho esfuerzo continuado, el organismo se ira adaptando y aumentará la musculatura, la capacidad pulmonar, el corazón se fortalecerá, igual que las articulaciones, etc. Al final todo ello acabará trascendiendo a la siguiente generación, que si sigue haciendo lo mismo acabará cambiando para siempre la apariencia de su organismo y probablemente afectará a los seres de su entorno, creándose una nueva especie.


"Morgan F." 65x54
Gracias al impacto del meteorito más famoso de la prehistoria, no el más grande, y a la desaparición de los dinosaurios los mamíferos comenzaron a prosperar; la competencia se esfumó, y ellos, pequeños animales parecidos a los roedores, gracias a que vivían en madrigueras bajo tierra y a su novedoso sistema de reproducción, entre otras razones, sobrevivieron y se adaptaron, y tuvieron tanto éxito que se proclamaron a sí mismos amos del nuevo mundo. Se diversificaron tanto que ahora tenemos parientes que miden unos pocos centímetros y pesan unos pocos de gramos, como los murciélagos o los ratones, y otros que son los animales de mayor tamaño que hayan habitado jamás la Tierra... la ballena azul, que puede llegar a pesar 180 toneladas y a medir 30 metros de longitud. 




"Daniela y Marco" 81x65
Es curioso que un meteorito que vino de Dios sabe donde, que deambulaba por el espacio,  que la casualidad y su ayudante la "ínfima posibilidad" lo condujeron hacia la Tierra, se confabularon con la ·malvada gravedad" e hicieron que viniera a toparse con este minúsculo mundo para cambiarlo para siempre; pero a alguien le tenía que tocar. Es algo parecido a cuando en una manifestación de millones de personas una paloma que pasa volando hace sus necesidades encima de uno de esos manifestantes; mira que es grande la ciudad y mira que había gente, pero le tocó a "don gafe". Pero de alguna manera el aparentemente cruel meteorito a los mamíferos nos hizo un gran favor y nos desbrozó el camino para que después de 66 millones de años nos hiciéramos, los primates bípedos, dueños y dominadores de este tercer planeta del sistema solar. Y lo dominamos de forma tan tiránica que lo estamos arrasando de nuevo, infringiéndole tales heridas y de tal magnitud que son visibles desde el espacio, extinguiendo con nuestros actos, además, unas doscientas especies al día de colegas del reino animal y vegetal. La diferencia con otras destrucciones es que los métodos que utilizamos no son naturales ni casuales, porque la inconsciencia, la avaricia, la falta de visión de futuro, la escasez de sentido común, la tecnología, la falta de respeto a las otras especies y la estupidez, son algunas de las armas, exclusivas de nuestra especie, que utilizamos para doblegar a nuestro antojo la naturaleza. De hecho hay tal aniquilación de especies, tal deterioro de medios y ecosistemas, tal contaminación en todos los frentes, provocados por este simio voraz, que la magnitud del daño es similar al producido en otras grandes extinciones y cataclismos que dieron nombre a periodos o eras geológicas. Por eso los científicos ya parece que se están poniendo de acuerdo y posiblemente vayan a dar nombre a nuestro particular periodo geológico, de lo que no hay que ponerse orgulloso precisamente, llamándolo, el Antropoceno. A diferencia de los anteriores, el daño infringido no es casual, aunque en buena medida inconsciente e idiota a la vez. Por desgracia no es ningún honor tener periodo geológico propio. 


"Angelines" 81x65
Tal y como vaticina el libro del Génesis en el Capítulo 3º, Versículo 19º, "hombre, acuérdate que polvo eres y al polvo volverás", evidentemente somos polvo de estrellas, y volveremos a formar parte de ellas cuando no existamos ni nosotros, ni nuestro planeta azul, ni nuestro sistema solar, ni el sol que nos dio la vida. Seremos otra cosa que comenzará a formar parte de otras cosas y de otras vidas en nuevos mundos. Muy probablemente también seamos ahora el resultado de otro sistema planetario que se destruyó anteriormente y que con muchas probabilidades tuvo vida en alguno de esos mundos que bailaban alrededor de otro sol parecido al nuestro.

La reencarnación es posible a través de la genética que es la que nos hará inmortales. Nuestros indestructibles átomos van a formar parte de cualquier otra sustancia que pueda formar un cuerpo, una roca o una planta, Posiblemente algunas de nuestras partículas viajarán por el espacio en un meteorito que pueda llegar a destruir y a pulverizar la vida de otros mundo, pero que también acabe formando parte de ellos y contribuyan a generar nueva vida, tal y como relata la teoría de la panspermia. No sé si para bien o para mal, la Fuerza nos hará eternos, si es que no lo somos ya. Esperemos que si nosotros transmitimos algo -quizás sería mejor no hacerlo-, sea exclusivamente lo que han transmitido otras especies, sin pecados capitales ni pecados veniales.


"Litle Chus" 65x54
La Fuerza hace que las plantas adapten su forma a sus necesidades o a su entorno cuando lo necesitan sin ser aparentemente conscientes de ello, pero parece que simplemente con tener necesidad o anhelar algo, el deseo se cumple. Hay plantas que han construido semillas voladoras, perfectamente aerodinámicas y con estructuras que le permiten rotar como si tuvieran aspas para distribuirse por todos un continente; ¿cómo es posible que una planta cree eso sin percibir, aparentemente, lo que la semilla hace y cómo se comporta una vez se desprende de la planta?. Hay plantas que han creado trampas para insectos y se han convertido en carnívoras; plantas que han adaptado sus flores a los picos de ciertas aves y utilizan a estas para que transporten su polen para reproducirse, plantas que fabrican veneno, que han hecho pinchos de sus hojas para adaptarse a la falta de agua, fabricarse espinas... Entiendo que un animal pueda hacer cosas de ese tipo porque tiene cierta consciencia, pero las plantas, salvo que también la tengan, y no lo sepamos aún, parece extraño. Aun así es difícil de entender que los animales hayan adquirido superpoderes tales como la visión nocturna, la visión por el sonido, como los murciélagos, la supervivencia tras una prolongada congelación, fabricar venenos capaces de aniquilar elefantes, conseguir sensores de impulsos eléctricos, de calor o movimiento, cambiar de color usando sus cromatóforos para camuflarse con el entorno o tener piel transparente, tener bioluminiscencia, fabricarse corazas, orientarse por el mundo sin haberlo recorrido antes como si tuvieran cartas de navegación o GPS pre-instalado, oler algo a kilómetros de distancia y saber de qué se trata, tanto en el aire como bajo el agua, ver como si tuvieran teleobjetivos, resistir radiaciones nucleares, vivir sin luz, sin aire, sin agua, a temperaturas que asarían a un pollo, vivir a diez mil metros de profundidad en las simas de los océanos soportando presiones infernales que aplastarían a un tanque, conseguir colores espectaculares para adornar su cuerpo, fabricar nidos imposibles, telas te araña con facultades y diseños increíbles o panales sin haberlo hecho antes, y sin padres o maestros que se les enseñaran o tener un cerebro como el nuestro que hace miles de funciones por segundo. Los genes, como si de un sistema operativo instalado de serie se tratara, tienen programados a todos los seres vivos, plantas incluidas, para saber hacer todo lo necesario para su subsistencia nada más nacer. Si durante la existencia se aprende algo, el disco duro almacenará los datos y si son de utilidad los actualizará para el futuro, indexándolos en el sistema para cambiar el organismo y las habilidades para siempre.

"Mari Eli" 65x54
Posiblemente Richard Dawkins tenga más razón que un santo sea  quien en su influyente libro "El Gen Egoísta" (de cuyo título se dice que se arrepintió posteriormente porque tenía que haberle puesto el título, quizás más apropiado, de "El Gen Inmortal") introdujo por primera vez la teoría de que son los genes y su brazo armado, los memes, quienes parece que utilizan a los seres vivos para sobrevivir, quienes marcan el comportamiento por distintos métodos y quien maneja los hilos para conseguir subsistir ellos mismos buscando el beneficio, a su vez, de cada especie, aunque la continuidad suponga el sacrificio del individuo e incluso de la misma especie en favor de la persistencia de la comunidad o de los genes si no hubiera más remedio. Por eso parece que quien realmente van a ser inmortales son ellos mismos, los genes, que son los que perdurarán de una u otra forma, los que tienen la información de la vida, los que consiguen que esta se adapte a cada necesidad y circunstancia y para ese fin da igual el precio que haya que pagar. Es algo así como a la manida incógnita de que si fue primero la gallina o el huevo, la respuesta fuera el huevo, que es el gen egoísta, que utiliza a la gallina para reproducirse. 


"Cate Blanchett" 65x54
El caso es que la evolución ha hecho que hayamos pasado de moléculas a pequeños organismos y de estos a todo tipo de especies preexistentes, extinguidas o no, hasta llegar a lo que ahora somos, sin duda la criatura más especial e inteligente que haya existido en la Tierra, no la más conveniente para la misma. Millones de especies y trillones de organismos han ido y venido, han desaparecido y nacido, pero lo único que ha sobrevivido siempre ha sido el espabilado gen egoísta, que está en todos los seres vivos y que siempre evolucionará y se perpetuará tomando el vericueto cósmico que le convenga o se le deje. El gen siempre se abre camino, dicho de otra forma por Ian Malcom (Jeff Goldblum) en la película Parque Jurásico... "la vida se abre camino", donde los dinosaurios no tardaron en saltarse las normas del control de población que los científicos les creyeron haber impuesto.

La física nos dice que hay cuatro fuerzas que rigen el Universo y que este funciona en base a sus reglas: La nuclear fuerte, la nuclear débil, la electromagnética y la gravitacional. ¿Y esa fuerza que nos obliga a evolucionar, a adaptarnos y a conseguir lo que anhelamos o necesitamos, no será una quinta fuerza universal? ¿Será la Fuerza secreta e indetectable del gen egoísta? ¿Y la podríamos llamar "La Fuerza Egoísta, La Fuerza de la Necesidad o La Fuerza del Deseo"? 

Aunque tal vez Albert Einstein tenía razón cuando dijo... "Dios no juega a los dados con el Universo".